El corazón de los evangelios
Primo Corbelli, scj
Tal vez hayamos tomado este libro en nuestras manos respondiendo a un impulso o, simplemente, al impulso de nuestra curiosidad. El título puede llamarnos la atención, tal vez porque nos consideramos personas religiosas y, además, estamos en sintonía con el irrefrenable movimiento que el Espíritu Santo ha soplado en la Iglesia contemporánea a través de la persona, los gestos y la obra del papa Francisco.
¿Qué es lo que convierte a una persona en religiosa? El Evangelio tiene una respuesta clara y precisa a esta pregunta. Jesús mismo respondió a ella cuando un escriba le preguntó: “¿qué hay que hacer para heredar la vida eterna?” (Lc 10, 25). El escriba (un equivalente a lo que hoy podríamos llamar ‘un especialista en religión’), como muchos de nosotros todavía, seguramente pensaba que para ser considerado una persona religiosa había que multiplicar los esfuerzos, los meritos y las buenas obras. De ninguna manera aquella pregunta del escriba expresaba el deseo de abrirse a nuevos horizontes de sentido, sino la necesidad de confirmar una imagen de sí mismo en la que se vive protegido contra toda incertidumbre.