Una propuesta para la espiritualidad y la catequesis
Es aún desconcertante –luego de cincuenta años del Concilio Vaticano II- que en muchos espacios de la vida de la Iglesia se percate una profunda distancia entre Evangelización y Sacramentos. Pero, más desconcertante aún, es cuando esa distancia se da en el movimiento necesario y vital de la Catequesis: servicio primero e irrenunciable de las comunidades cristianas.
Es común encontrar personas de fe que, ante dificultades importantes y fuertes de su vida, buscan “espacios de sanación” que muchas veces están cargados de una impronta cuasi mágica en la que otorgamos el poder de sanar a seres humanos que, aún siendo consagrados, sólo son instrumentos de un “poder que sólo tiene Jesús”. No se puede negar que una situación de estas características tiene sus raíces en la Catequesis sacramental que han recibido a lo largo de su vida.