La Madre Catalina fue religiosa, pero antes que eso fue esposa y madre. Se caracterizó por tener un corazón comprensivo, atento a las necesidades de los demás al punto de impulsarla a cumplir su sueño de fundar una congregación y ser madre de muchas personas. Estas páginas proponen que, durante nueve días, siguiendo la Sagrada Escritura y las palabras de la Madre, le pidamos a ella que sea nuestra intercesora y conozcamos de cerca el amor y la sensibilidad que la caracterizaban.
“Ella en el Cielo le ha hablado a Dios por los que le he pedido, y seguro lo sigue haciendo por cada uno de los que nos encomendamos a su intercesión. Gracias Catalina por ser Madre en mi historia y en la de tantos que te confío las de tantos que te van a buscar… o tal vez, en las de tantos a las que tú te les adelantas” (María Rita Bianchi, ecj).
Ponemos a disposición esta novena para conocer a la Madre Catalina y meditar sobre su corazón misericordioso y comprensivo. Pidámosle a ella, que fue tanto religiosa y fundadora como también esposa y madre, que sea nuestra intercesora y nos enseñe a crecer en el amor a Dios y a los demás.