Un exquisito, profundo, profesional y ameno libro que nos hace gustar del “aburrido” Derecho Canónico. No es exclusivo para consagradas, pues no son excluidos los sacerdotes y religiosos en el Derecho; y también en su personal acompañamiento y discernimiento a las consagradas. El autor nos dice: Se puede verificar que los lugares que describe mi libro, son sitios en los que Dios habita, es decir son lugares teológicos de muy diversa especie, pero siempre teológicos.